viernes, 20 de junio de 2025

Me gustaba hablar contigo


Hablábamos de todo y de nada,
desde lo más profundo
a lo más superficial.
Podíamos contarnos cualquier cosa
y no nos juzgábamos.
Divagábamos sin importar a dónde íbamos.

Era muy divertido hablar contigo,
me reía contigo,
me hacías pensar,
nos escuchábamos...

A veces, con sigilo,
como el que entra en un templo sagrado,
visito la ventana de nuestro chat
que ahora está en silencio,
como el que visita un cementerio
sin depositar ninguna flor.

viernes, 13 de junio de 2025

El silencio que habita en su interior.

Cuando piensas en el pasado no recuerdas a mucha gente a tu alrededor. Por la mañana ibas a clase, a mediodía volvías, comías y luego por la tarde llegabas y estabas solo en casa. Tu madre estaba trabajando y tu padre dormía porque trabajaba de noche. De tu hermana no sabías nada, andaba en clases de repaso o se iba con sus amigas.

Tenías muchos muñecos y recreabas auténticas películas con ellos. También pasabas muchas horas jugando con el ordenador de casetes. Cuando no te viciabas te daba por dibujar a personas durante horas y horas. Era curioso porque había pocas mujeres en tus dibujos. Casi siempre dibujabas niños. Sería porque las niñas eran seres absolutamente extraños para ti. Ni siquiera hablabas con ellas. Ahora, aunque sí que hablas con ellas, las mujeres siguen pareciéndote igual de extrañas y fascinantes.

Tenías amigos en clase pero nunca te involucraste con nadie. También hiciste amigos en otros lugares pero no solías visitarlos entre semana. En tu casa sólo reinaba el silencio. Recuerdas que tu madre antes de irse descolgaba el teléfono para que nadie llamase y despertase a tu padre. También desconectaba parte de la luz de la casa para que no sonase la puerta de arriba. Así era imposible que nadie pudiese pasar a buscarte. Era como si no vivieses en ninguna parte. Como si no tuvieses una dirección en la que te pudiesen buscar tus amigos. Si alguien intentaba llamar a tu casa no contestaba nadie aunque estuvieses dentro.

Nunca pudiste alzar la voz. Desde que naciste aprendiste a no hacer ruido por el día. No podías poner la música alta. Te reñían si lo hacías. Tu padre se iba a trabajar a la una de la madrugada y para ti era normal esa silenciosa forma de vida.

Recuerdas una infancia llena de silencio y de soledad, llena de tebeos, de dibujos y de garabatos en una libreta. Te fascinaba mirar fotos. Las mirabas una y otra vez. Te gustaba coger la cámara de fotos para hacer fotos imaginarias que nunca se revelarían. Aprendiste a encender el video y la tele. No sabes exactamente cuántas veces viste las películas de Superman. Sabes que no exageras si dices que la viste más de cincuenta veces. Era tu película favorita y siempre te la ponías. La que más te gustaba era la primera de Superman. La dos no te gustaba tanto, los enemigos eran muy malos, y aunque sabías que al final Superman los vencería, ellos te daban miedo. No te gustaba verlos cuando hacían sus fechorías. La tres también te gustaba, pero no era tu favorita. También alternabas las películas de Superman con un vídeo que tenías de La Trinca. Una película formidable de humor y de surrealismo que entonces no entendías pero te fascinaba. Te parecía una obra de arte. Sus canciones como La patata o El cilindrín eran tus favoritas. Aunque desconocías su significado, ya apuntabas maneras con tus extraños gustos musicales.

A medida que creciste, tus amigos comenzaban a salir por las noches. Tú estabas acostumbrado a no relacionarte con gente. Preferías quedarte en casa leyendo las revistas que te comprabas con la paga. Nunca faltaban en tu casa la Hobby Consolas, la Micromanía y cualquier revista de informática que se te antojara comprar. También comprabas revistas de televisión, aunque no sabes bien por qué. Después ya te dio por comprar la “Muy interesante” y te la leías de cabo a rabo. Después, cuando ya estabas más crecidito, no faltaba en tu casa “El jueves”. Mucho tiempo después te diste cuenta de que en “El jueves” había viñetas que te gustaban de un tal Perich y descubriste que fue uno de los guionistas de la película de La Trinca que tanto te gustaba con cuatro o cinco años. Todo estaba comunicado.

No te gustaba salir de casa. Te gustaba quedarte encerrado en tu habitación. Algunos chicos de tu clase insistían en que salieras con ellos por las noches. Tú no querías. Todos comenzaban a beberse sus primeros chupitos, a tener sus primeras novias y pasabas de todo eso. No te interesaban para nada las relaciones humanas. Tenías catorce y quince años y no hacías lo mismo que los chavales de tu edad. No comenzaste a salir y a relacionarte hasta bien entrados los dieciocho.

Descubriste que no te gustaba estar rodeado de personas. Odiabas a la gente cuando gritaba. siempre fuiste silencioso. Casi nunca hacías ningún ruido porque en tu subconsciente se quedó la idea de que siempre había una persona durmiendo en casa. Siempre fuiste cuidadoso con no arrastrar objetos y en no levantar la voz. Siempre hablabas con cautela. Sabías que si hacías ruido o levantabas la voz alguien te reñiría y por eso arrastraste siempre ese silencio que te envuelve. Aprendiste a no tener la lengua comunicada al cerebro. Tus pensamientos eran interiores. Tus reflexiones solías guardártelas. Sabías que pensabas grandes cosas pero no las decías. En clase nunca te llamaron la atención por hablar. Nunca solías hacerlo.

Pasabas desapercibido. Nadie reparaba en ti. Te aburría todo muchísimo. En clase sólo pensabas en las películas que te gustaban. Estabas obsesionado con Terminator, soñabas con ser igual que él. De hecho lanzabas miradas asesinas a la gente... pero nadie se enteraba de nada. Tus notas no eran sobresalientes, pero eran buenas tirando a mediocres. No te interesaba lo que te decían. Pero a veces, y sin saber por qué, sacabas un diez en algunos exámenes de asignaturas que te gustaban. Ni la lista de la clase se lo podía creer y algunos te preguntaban cómo lo habías hecho. Cuando eso ocurría te preguntaban si habías copiado. Todo el mundo siempre pensó que eras medio idiota.

Una vez en clase os mandaron hacer una redacción sobre cómo vivíamos en casa. Escribiste una redacción parecida a lo que cuenta este relato. Nadie dijo nada, pero un día, la profesora, sin venir a cuento, comenzó a hablar y a decir cosas sobre alguien. No estabas prestando mucha atención. Estabas centrado en tu libreta. Pero ella dijo algo como que en clase había alguien con mucha sensibilidad, que había alguien entre todos ellos que destacaba por su profundidad y su reflexión, y era alguien que valía la pena y que tenía un gran talento. Levantaste la vista extrañado para saber de qué hablaba la profesora y entonces añadió “y esa persona es...” y pronunció tu nombre. Te quedaste de piedra. Y entonces, como si en un escenario os encontrarais un foco de luz imaginario apuntó hacia ti y todo el mundo comenzó a mirarte. en realidad no sabías por qué la profesora había dicho eso y en ese momento te molestó muchísimo ser el centro de atención. Ellos se preguntaban ¿Por qué él? ¿Qué tiene? Si es un raro. Y te incomodaste bastante.

Los psicólogos dicen que en tu vida siempre vas a desempeñar el rol que tenías en el patio del colegio. Estaban los líderes. Tú no lo eras. Estaban los altos, los fuertes y los guapos. no lo eras. Estaban los que jugaban bien a fútbol y destacaban por eso. tampoco lo eras. simplemente eras raro y diferente. Te interesaban muchas cosas que a los demás no les interesaban. ¿A quién le interesaban las hormigas y las flores? Por suerte pudiste destacar siendo un gran portero de fútbol. Todos te admiraban por las paradas que hacías. Pero nunca te gustó ser portero, simplemente eras bueno.

Una vez una profesora comenzó a preguntar a cada uno de la clase qué querían ser de mayores. Uno a uno iban contestando sus profesiones favoritas: fontanero, futbolista, basurero, electricista, abogado, etc. Cuando llegó tu turno no contestaste y dijiste: “Primero hay que plantearse a qué aspiras en la vida y decirse a mismo ¿De verdad ser futbolista es lo que me hará feliz? Yo simplemente quiero...” y todavía no habías terminado de decir lo que realmente pensabas y toda la clase estalló en una gran carcajada. Todos comenzaron a reírse. Tus amigos te miraban y decían con su risa de pacotilla “estás loco”, “estás muy muy muy rayado de la cabeza”. Interrumpiste tu discurso al escuchar las risas. No te dio tiempo a acabar y decir que tú lo que querías es ser feliz. La profesora mandó callar a todo el mundo y te instó a seguir. Te negaste. No dijiste nada. La profesora insistió una vez más. Pero no hablaste más. Sabías que era inútil hablar de cosas serias rodeado de bestias. La profesora comprendió tu actitud y la madurez que tenías y pasó al siguiente alumno.

Ahora te das cuenta de que en ti siempre ha habitado un silencio que siempre está presente. Todo eso permanece en ti. Aunque ahora hayas cambiado, llames más la atención y provoques reacciones en la gente, sabes que en ti siempre está ese chico silencioso que divagaba mentalmente con sus fantasías en la soledad de su infancia.

Sabes que la soledad no te incomoda. Sabes que los momentos más felices de tu vida los has vivido solo y sabes que cuando estás con alguien cambias. Te conviertes en un mediador entre la otra persona y el “yo” silencioso que habita dentro de ti. Eres un punto medio. Y el chico solitario se esconde dentro de ti y el mediador que eres se relaciona con la gente, sonríe, conversa, pero sabes que ese “yo” verdadero anda a su puta bola, pasando de todo, pensando, e imaginando y construyendo su mundo de fantasía. 

Sabes que el silencio habita dentro y fuera de ti... excepto cuando escribes. 

domingo, 29 de septiembre de 2024

No soy de piedra

Me convertí en una estatua en el parque en el que paseabas. Nunca podía interactuar contigo, me limitaba a mirarte de reojo cada vez que pasabas, a desearte en secreto con la timidez propia de un ser de piedra. Adoraba tu forma de caminar, tu forma de ser, tu sonrisa y esa forma peculiar que tenías de arreglarte el flequillo.

Yo no me permitía sentir, no me permitía decir lo que pensaba, no podía articular palabra contigo. Tan sólo era una estatua que deseaba sentirse un hombre que no tuviese sus movimientos anulados por la rigidez de la piedra.


Una vez me hiciste una foto. No pude posar, no pude sonreír, no pude ser yo mismo. Tenía que cumplir con mi condición de estatua y limitarme a estar en la pose en la que fui concebido. Me hubiese gustado que nos hubiésemos hecho la foto juntos y la subieses a redes sociales. Me sentí realmente especial para ti cuando reparaste en mí, sentí que había algo más en nuestra historia, pensé, por un momento, que podía ser humano, que podría tenerte, abrazarte y dejar mis brazos de piedra en otro lugar para sentir hasta el último rincón de tu piel.


Pero un día viniste acompañada, te diste un beso con ese que decía ser tu pareja y con el cual sonreías todo el rato. El mundo dejó de tener sentido para mí y no podía expresar mi inquietud. No podía salir corriendo ni gritar al viento. Hice lo único que podía hacer una estatua: me resquebrajé como nunca antes lo había hecho. Al fin y al cabo, romperse es la forma con la que lloran las estatuas.


domingo, 1 de septiembre de 2024

El pasado no es un lugar seguro


Siempre he pensado que te podrías enamorar de una persona sólo viendo dónde vive, su habitación, su mundo, su lugar seguro. A mí me gustaba pasar horas y horas en casa de Beatriz. Su habitación era nuestro refugio. Cuántas tardes habíamos pasado acostados en la cama, mirando al techo, divagando, haciendo planes, filosofando y fumando. 

sábado, 18 de mayo de 2024

Así que era esto ser adulto



Así que era esto ser adulto. De pequeño siempre me preguntaba cómo sería mi vida de adulto, me imaginaba a mí mismo con un trabajo, una mujer, unos hijos, una casa y un coche. Por entonces no sabía lo que quería, sólo me imaginaba siendo un tipo responsable y con sus obligaciones. 

sábado, 2 de septiembre de 2023

La psicóloga


Cuando entré en la consulta de la psicóloga me temblaba el cuerpo. Esperaba que fuera como en las películas, que hubiera un diván, que me tumbaran y que ella tomara notas en su libreta mientras yo soltaba mi mierda. Pero no. Me senté delante de ella, como en la consulta de un despacho, con una mesa entre los dos.

Me costó muchísimo arrancar. No me salían las palabras. Nunca en mi vida había estado tan bloqueado. No sabía por dónde empezar. Me entraron ganas de llorar de la impotencia de no saber expresarme, de no saber qué hacía allí. De hecho, no creía en los psicólogos, me parecían timadores que daban consejos inútiles que no servían para nada, consejos que podría darte cualquier amigo o cualquier persona con experiencia.

lunes, 29 de mayo de 2023

Los mapas de Bunbury

Si en los últimos álbumes de Bunbury el protagonista fue el saxo, los primeros acordes de Greta Garbo nos indican cuál es el protagonista de este nuevo trabajo: el bajo.

El sonido ha cambiado muy significativamente, la producción y el estilo de Adan Jodorowski se notan desde el segundo cero. Quién sabe si en esa entrevista del reciente desaparecido Sánchez Dragó comenzó a forjarse esa amistad que desembocaría en este trabajo.

sábado, 1 de abril de 2023

El fotógrafo conflictivo

 



Durante años trabajé haciendo fotografías por las noches en discotecas. Hacía fotos a la gente y las subía a redes sociales. Eso generaba tráfico en los perfiles de las discotecas y la gente entraba más en los locales. La premisa era sencilla, tenía que dibujar un mundo idílico en esas fotografías, que la gente las viese y pensara que le gustaría estar en esa fiesta. Tenía que salir gente guapa, tías buenas y tíos buenos, gente con estilo y con carisma.

Todo lo que yo no era.

Una de las primeras cosas que me dijeron fue que no sacara a gitanos en las fotos que subiera. Pero les dije que eso no era muy ético.

viernes, 17 de febrero de 2023

Entrevista a José Monleón Bennácer. Sobre la censura y autocensura.

He subido a Youtube la entrevista íntegra que le hicimos a José Monleón Bennácer. Figura clave en el teatro en España.
Sirva este vídeo como homenaje a su memoria.
Espero que disfrutéis de las palabras de este gran pensador.






sábado, 19 de noviembre de 2022

I Ching

Hago scroll con el ratón en las ofertas de trabajo que están en mi correo. Me llegan centenares al día.

El teléfono vibra, siempre lo tengo en silencio. Una vez silencié el teléfono y nunca más le volví a poner el sonido. No quiero que nadie interrumpa mi silencio.

domingo, 2 de octubre de 2022

El guionista

Ya hacía al menos siete meses que Yolanda y yo no follábamos. Y es paradójico, porque acepté un trabajo como guionista en la industria del porno y ni siquiera se lo dije. No estaba muy orgulloso de ese trabajo. Ni siquiera sabía que para esos vídeos necesitaban a guionistas pero no podía rechazar la oferta porque me hacía falta el dinero. Me hicieron una prueba. Tenía que escribir una escena y me dijeron que cuantas más etiquetas tuviese más visitas tendría el vídeo, así que me recomendaron que dejase volar la imaginación y mezclase todas las categorías posibles en un solo vídeo. Me puse a ello y no fue fácil, pero conseguí escribir una escena con un montón de variedades para que se catalogase en muchas más categorías. Creo que lo hice muy bien. Plasmé muchas perversiones, muchas fantasías y puse escenas que a mí no me motivaban nada pero sabía que a los grandes aficionados al porno les gustarían aunque era muy difícil contentar a todo el mundo.

miércoles, 24 de agosto de 2022

IKEA del Minotauro

 


Ir a Ikea con Marcela es lo más parecido a la tortura que conozco. Ella quiere decorar el nuevo piso al que nos hemos mudado a su gusto, pero no deja de comprar gilipolleces, cosas absurdas e innecesarias. Ahora está mirando una nueva vajilla, que además todas las casas tienen las mismas de Ikea y lo que más me fastidia es que ya tenemos una que cumple su función perfectamente y no nos hace falta otra.

jueves, 18 de agosto de 2022

Las cosas que no hice

 


Estaba en la aduana para entrar en EEUU. Atravesé el umbral del detector de metales y el policía me miró de arriba abajo y me dijo que lo acompañara. Me registró entero, un perro me olió en busca de sustancias y me tomaron las huellas dactilares. Había pasado muy poco tiempo desde el 11-S y las medidas en los aeropuertos eran extremas. El policía me pidió que le enseñara el contenido de mi mochila y empezó a sacar todo: una libreta, bolígrafos, guantes, chicles y entonces extrajo el diario de Ángela. Lo abrió y empezó a hojearlo.

jueves, 7 de julio de 2022

Mi otro yo sonámbulo

 


 

Me despertó la vibración del móvil. Alguien me estaba llamando. Ahora el profesor de escritura creativa me diría que empezar un texto con alguien despertando es un lugar común y un cliché. Pero la historia comenzó así, no comenzó de otra forma, déjame vivir y hacer lo que me salga de los huevos, joder, yo no me meto con tu vida, haz tú lo mismo con la mía.

miércoles, 29 de junio de 2022

Ponme fuera del alcance del bostezo universal

 


Sería mucho más divertido celebrar los títulos académicos como los celebran los equipos de fútbol cuando gana un título: yendo al ayuntamiento, haciendo discursos, bañándose en una fuente y con miles de personas jaleando a sus ídolos. Pero nada de eso pasa, he celebrado que he acabado el máster en soledad, dándome un buen homenaje yo solo en un restaurante, comiendo bien y recapitulando lo que he aprendido este año. Me ha pasado volando y creo que cuando algo pasa muy deprisa es porque lo estás viviendo intensamente. El tiempo sólo pasa lento cuando te aburres, cuando no eres feliz o cuando haces cosas que no te gustan, lo tengo comprobadísimo. Pero también da miedo que la vida pase tan deprisa, que los años vuelen, que hace nada tenía veinte años y ahora estoy a punto de cumplir cuarenta. Me da vértigo.

domingo, 19 de junio de 2022

La escritora



Andrea me esperaba en la parada de Callao. Habíamos quedado después de hablar en Twitter por mensajes privados. Me había preguntado si me gustaba el realismo sucio porque veía en mi estilo trazos de Bukowski. Le dije que sí, que me gustaba, pero que el viejo Hank se había construido un personaje perdedor y solitario cuando en realidad era muy culto y no tenía una vida tan perdida como parecía. Me dijo de quedar porque había leído mis relatos, le gustaban y quería enseñarme los suyos. Le dije que estaría encantado de leerlos.

martes, 12 de abril de 2022

Granada

Lo último que pensaba es que me pondría nervioso antes de conocerla. Me estaba vistiendo y me dio mi típico ataque de ansiedad que viene cuando siento incertidumbre. Había ido hasta Granada a pasar unos días de relax. Lo único que me apetecía era desconectar del trabajo porque tenía cinco días libres. La pandemia me había tenido casi un año en casa, como a todo el mundo, y quería irme unos días a un hotel solo, irme de bares, de restaurantes, visitar museos y dar vueltas por una ciudad desconocida.

lunes, 21 de febrero de 2022

Si tú me dices ven

 

“La estación de los amores viene y va
y los deseos no envejecen a pesar de la edad.
Si pienso en cómo he malgastado
yo mi tiempo que no volverá, no regresará más”

La estación de los amores
 (Franco Battiato)

 

Cuando me fui a Turquía de erasmus jamás pensé que mi cara aparecería en todas las portadas de los periódicos por un escándalo sexual. No sabía hasta qué punto tenía consecuencias legales lo que había hecho, pero por la película de Expreso de medianoche sabía que las cárceles turcas no eran muy acogedoras.

sábado, 22 de enero de 2022

Querido diario

Escribir un diario público es una mierda. Uno debe cortarse, debe decir las cosas a medias, no puede cagarse en la puta madre de una persona concreta con nombres y apellidos porque te pueden pedir explicaciones. Y dar explicaciones es otra mierda, y que te pidan explicaciones te alejan de esa persona miles de millas.

lunes, 25 de octubre de 2021

De vuelta en Madrid

 

Algo que nos sucede a los de pueblo es que no estamos acostumbrados a cruzarnos con famosos por la calle. Al volver a Madrid he recordado esa peculiaridad, me cruzaba con algún presentador, un actor o una cara conocida que no sabes quién es pero que al final sitúas en algún punto de la televisión. A los paletos de pueblo eso nos produce mucha curiosidad al principio y nos gusta contarlo a nuestras amistades.