Después de diez años vuelvo a la
universidad. He querido dar un giro a mi vida, tenía un trabajo en
el que no era plenamente feliz. Tenía la vida fácil, un sueldo
digno, una rutina, una vida, una casa, pero había algo que no me
llenaba. Siempre he necesitado hacer cosas creativas, moverme,
pensar, crear y lo que algunos se gastan en un coche yo he decidido gastármelo en regalarme un máster de guion cinematográfico y
series de televisión.
Recuerdo que en el 2006 escribí este artículo cuando empecé
la universidad. También me pasó algo parecido, tenía un trabajo
fijo y lo dejé por hacer algo que me apasionaba. En este caso he
elegido el máster de guion porque me gusta el cine y me gusta
escribir, ¿y qué mejor que aunar ambas pasiones y tratar de
aprender el oficio?
Cuando era pequeño volver
a clase era un trauma, ni si quiera me alegraba el hecho de volver a
ver a mis compañeros, pero hoy me lo tomo como un regalo, con
ilusión, como una oportunidad, como una puerta y una ventana que se
abre para tener nuevas oportunidades. No sé a dónde me llevará
esto, no sé si la jugada me saldrá bien, lo que sé es que voy a
disfrutar mucho por el camino, y en esta vida hay que hacer más las
cosas por el hecho de hacerlas que por sus frutos.
A mis 38 años emprendo un nuevo viaje,
soy el mayor de todos los alumnos, a algunos les doblo prácticamente
la edad, pero me da igual, eso es lo de menos. Lo importante es lo
que voy a aprender y lo mucho que voy a disfrutar de las clases
y de las vivencias.
Recuerdo que cuando empecé la
universidad en 2006 me admitieron también en Periodismo en Madrid, siempre
me pregunté qué hubiese sido de mí si hubiese escogido ese camino.
Hoy en día no hubiese conocido a la gente maravillosa que he
conocido por el camino, no hubiese estudiado un año en Turquía, no
hubiese vivido tantas cosas... seguro que la otra vida hubiese sido
también interesante, pero nunca lo sabré. Hoy vuelvo un poco al
rastro de esa vida y conoceré a ese “otro yo” que nunca supo qué
le deparaba ese futuro alternativo en Madrid.
Sé que estoy en el camino correcto
y, como siempre he dicho, repito esa frase del Popol Vuh que dice que
cuando tengas que elegir entre dos caminos pregúntate cuál de ellos
tiene corazón, porque el que elige el camino del corazón no se
equivoca nunca.