Casi siempre he escrito en primera persona. Eso no significa
que todo lo que haya escrito sea real, aunque hay muchas trazas de verdad en
todo lo que escribo. He intentado novelar anécdotas personales, incluso a veces
he escrito en primera persona poniéndome en el lugar de una mujer. Pero lo
cierto es que hace años que ya no cuento casi nada de mi vida, en casi todos
los manuales de escritura que he leído recomiendan no escribir sobre uno mismo.
“A nadie le importa tu vida” dicen tajantemente. El libro que publiqué casi
todo está escrito en primera persona, tal vez durante años he pecado de
egocéntrico, pero ¿De qué otra cosa voy a escribir que no sea mi vida? ¿Para
qué quiero un blog personal si no es para hablar de las cosas que he vivido?
Escribir me ha servido para desahogarme, para no volverme más loco, para
ordenar mi vida, para ponerle palabras a sentimientos que no tenían sentido
dentro de mí. Escribir es una liberación y no pretendo con ello ganar un premio
Nobel.