Desde el 2012 no cogía un avión. Y eso que viajar es una de
las cosas que más me gustan en este mundo, pero por circunstancias de la vida,
que no voy a especificar, no he podido viajar tanto como me gustaría. También
decir que a mí lo que me gustaría es estar en otra parte, pero no ha podido
ser. Necesitaba este viaje para despejar la mente, para salir del estado de
letargo en el que estaba, y porque, coño, llevo un año trabajando y ahorrando
dinero y me lo merecía en mis vacaciones.
¿Por qué Berlín? Porque me hermana me sugirió ir juntos, y
la verdad que escapar a cualquier sitio me parecía buena idea. También quería
ir desde hace tiempo a Alemania y nunca había tenido la oportunidad. Tampoco
estaba con ánimo para hacer un viaje largo, así que cinco días me parecían
perfectos para escapar un poco de la rutina.