lunes, 8 de junio de 2020

La gran belleza


Nunca me ha interesado la moda. Apenas sé combinar colores para vestir. Odio las marcas de ropa, considero que llevar una marca en la ropa es hacer publicidad gratuita de una marca que se aprovecha de ti. Si algún día quieres torturarme lo único que tienes que hacer es llevarme de compras. Entiendo que haya gente que le ilusione y le guste estrenar modelitos nuevos cada poco tiempo, pero para mí es algo irrelevante. Tengo ropa de hace veinte años que no tiro y me sigo poniendo porque paso de comprar nada nuevo y si la ropa es operativa ¿para qué tirarla? Como ejemplo pondré que llevo usando el mismo bañador más de diez años y no pienso comprarme otro hasta que esté roído y putrefacto ¿Por qué? Porque no me hace falta.

Para mí la ropa sólo tiene la utilidad de taparse las vergüenzas. La desnudez es un concepto social heredado culturalmente, y pensándolo bien todos somos absurdos por llevar ropa. Las tribus nudistas del Amazonas se deben reír de nosotros por sentir vergüenza de ir desnudos al igual que tú criticas que las mujeres musulmanas llevan velo sin pensar que tú eres igual porque te tapas los genitales y los pechos porque es lo que impera en la sociedad.

También veo utilidad en la ropa para protegerse del frío, y poco más, el resto me importa un pimiento. El mundo de las pasarelas  me resulta indiferente y si todo el mundo fuera como yo Amancio Ortega se moriría de hambre. Pero como decía Dalí: si en el mundo hubiese más gente como yo sería una gran catástrofe. Pero que nadie se espante, no los hay.

Lo único que llama mi atención de la ropa son las camisetas temáticas. Me gusta ver alguna camiseta con alguna referencia a alguna película o algo que me guste. Y de vez en cuando yo tengo alguna que por supuesto nunca tiraré aunque esté ajada.

Y es que no encuentro la belleza en las cosas superficiales, no la encuentro en la ropa ni en sus complementos. No encuentro belleza en las posesiones de la gente. Sí que admiro la belleza de una persona, pero no me dice nada real de ellas. No voy a repetir la frase de Martín Hache de que hay que follarse las mentes ¿Pero dónde se encuentra la belleza? Veo belleza en los gestos de la persona, en lo que hace más que en lo que dice, en su mundo interior y en todo lo que me transmite. Veo belleza cuando veo que se puede ir más allá o en una simple sonrisa sincera.

A veces creo que he perdido la capacidad de asombro, creo que ya nada me puede sorprender, creo que nada puede llamar ya mi atención. Pero lo bueno de creerlo es que todavía puedes hacerlo, si no lo creyeras estarías preparado para la sorpresa y por lo tanto la sorpresa ya no sería sorpresa.

Creo que aún queda belleza real por descubrir en este mundo.

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