No me gusta lo que veo y leo en periódicos y redes sociales.
Me incomoda la radicalización de la gente con sus ideas, que cada vez son más
extremas. Parece que no queda espacio para el entendimiento y para la sensatez.
Y ojo, no me confundan, Santiago Segura dijo algo parecido y se incendiaron las
redes contra él.
Veo que la gente se está distanciando por culpa de sus ideas
políticas. Cierto es que a mí no me influye que una persona sea de una
ideología u otra para seguirla o ser su amigo salvo cuando comienza a invadir
mi espacio, a cuestionarme o a montar pollos por lo que digo en mis redes. Pero
confesaré que yo también he caído a veces en la radicalización porque parece
que si no te posicionas te estás quedando atrás o estás siendo cómplice de un
silencio que condena a los unos o a los otros.
Por suerte muchos medios aún tienen sensatez, pero ciertos
periódicos ya no tienen mesura a la hora de escribir sus titulares. Algunos
incluso mienten deliberadamente y lo ponen como advertencia en sus términos y
condiciones, como puede ser el caso del periódico “Mediterráneo digital”. Pero
se supone que estamos en un país libre y cada uno puede publicar lo que se le
cante de las pelotas.
Sueño con un mundo en el que la política no sea el eje
central de las noticias. Donde los políticos sean simples funcionarios elegidos
por todos pero que no sean nada protagonistas al igual que no es protagonista
un secretario de una empresa cualquiera que gestiona las llamadas de teléfono.
Pero el foco está en ellos, y todo lo que dicen, hacen y dejan de hacer tiene
repercusión en todas partes. Toda la gente opina de ellos y me parece bien si
así lo han elegido libremente, pero se pierden energías en escribir cosas más
constructivas y edificantes.
Mi mundo ideal sería el que plantean en los documentales de
Zeitgeist, un mundo que no estuviera movido por el dinero, con economía de
recursos, basado en la ciencia. Tiene aún muchas lagunas y muchas preguntas que
responder, pero me niego a pensar que no hay más opciones que la izquierda o la
derecha, el comunismo o el capitalismo o entre los liberales y los
progresistas. Me niego a pensar que no existan sistemas aún por descubrir y
definir que no sean mucho más eficientes. Para mí el dinero es la base de toda
corrupción política y ética, es el problema de todo, pero hoy en día el mundo
no se entiende sin dinero, sin que la gente trabaje por dinero y que el poder
se consiga invirtiendo mucho dinero. Me parece perverso.
No tengo la respuesta, ni la fórmula. Tan sólo pido perdón a
los habitantes del año 4000 que nos estudiarán en los colegios cuando repasen
la llamada “Segunda edad media” que se distinguirá de la primera en que la
segunda había tecnología digital, pero en comportamiento seguíamos siendo
tribales y primarios.
Si no fuera porque España ha tenido tantas guerras civiles
por causas absurdas me daría igual esta situación. Pero el ambiente es
absolutamente guerracivilista y se está polarizando las posiciones de la gente
cada vez más. El centro está desapareciendo, la cordura está cada vez menos
cotizada y aquí se está viviendo un “sálvese quien pueda” y parece que si no
haces ruido o no dices la burrada más grande no tienes razón.
Cada día estoy más disgustado, más distanciado, ya no entro
en debates estériles en redes sociales sobre política, me parece una pérdida de
tiempo porque no vas a convencer a nadie de nada. Quisiera que hubiera un
apagón general y olvidarme de todo, pero sé que eso es imposible.
La pandemia no nos ha hecho mejores, ni más empáticos, ni
más humanos ni nada de lo que se proclamaba e intentaba difundir en los medios
con mensajes optimistas.
Somos la misma mierda de siempre, incluso peor.
Yep! Me tienen harto ya!
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