La necesidad de crear un partido político del movimiento 15M

Ahora que se avecinan unas elecciones generales sería el momento de dar un paso adelante y aumentar nuestras pretensiones.

Nadie discute que el actual sistema es ineficaz y obsoleto. De hecho, todos consideramos que el sistema electoral es injusto. Pero hoy en día sería conveniente que un movimiento como el que ha surgido tuviese una representación en el congreso aunque sólo sea para molestar y proponer todas las ideas que se debaten en las asambleas. Sería una forma de poder entrar legalmente al hemiciclo para protestar, ya que de otro modo es muy difícil. No se trataría de acatar las normas, sino aprovechar el actual sistema, por injusto que sea, para colarse en sus instituciones y tratar de modificarlas desde dentro.

Desde un principio el movimiento se ha caracterizado por no responder a ninguna ideología política, pero es incuestionable que su mensaje es profundamente político. Por eso ha llegado el momento de que pongamos sobre la mesa todos los puntos en común que tenemos y trasladarlos al congreso con un partido político creado y difundido desde la plataforma Democracia Real Ya.

El único programa electoral que se debería presentar es el manifiesto de los indignados y, sobre todo, la reforma de la ley electoral. También deberíamos aclarar a la gente que no sería un partido de izquierdas ni de derechas, muchos pensamos que esa división es anticuada y hoy en día sólo creemos en una cosa: las buenas y las malas ideas. Ya no estamos en la guerra civil para hablar de bandos.

Democracia Real no apoya la abstención sino votar con sentido

No apoya la abstención pero actualmente la fomenta. Lo que ocurre es que así nuestra fuerza termina diluyéndose porque cada uno vota a un partido distinto (si es que van a votar). Por eso es necesario crear un partido con el que se unan todas nuestras fuerzas. De lo contrario, uno acabará votando a IU, otros a UPyD, el otro a Ciudadanos en Blanco, el otro hará un voto nulo y meterá un chorizo en el sobre, y lo que es peor: la gran mayoría no irán a votar porque piensan que todos son unos ladrones. De este modo jamás se llegará a un tanto por cien suficiente como para tener una representación considerable y nunca habrá una representación de indignados en el congreso. Pero si hacemos un partido político oficial la gente sabrá que está representada, que los candidatos que se elijan en asambleas serán los que trasladarán sus ideas, e incluso, si se puede, que los escaños conseguidos se cedan y roten para que mucha gente se pueda sentar allí para decir lo que piensa.

El partido debería estar liderado por gente elegida en las asambleas que tenga el don de la palabra o por candidatos ilustres que han mostrado su apoyo al movimiento. Sea quien sea no importa, porque lo que harán allí dentro será trasladar todo lo que la gente diga en las asambleas. No serán candidatos como los actuales partidos mayoritarios que responden a intereses económicos.

Grandes ventajas de tener representación parlamentaria

Si por algún casual ningún partido consigue la mayoría absoluta tendrían que negociar con los partidos independientes como el nuestro para aprobar los presupuestos del estado o sacar adelante cualquier ley. Si se consigue un número de escaños considerables se podría negociar que a cambio de aprobar ciertas leyes modificaran la ley electoral. Podríamos desempeñar el papel que han ejercido durante mucho tiempo los partidos nacionalistas, que han conseguido más beneficios en sus comunidades porque han sido determinantes en las votaciones del congreso.

Después, en todas las votaciones, nuestros representantes del 15-M votarán lo que la gente haya elegido en las asambleas o creando, al menos para nuestros escaños, un sistema de votación por Internet seguro para cada propuesta del congreso. Eso sería lo más democrático. O incluso, si no quieren, que dejen los escaños vacíos.

Última esperanza

Esta sería la forma más eficaz de tratar de cambiar las cosas. Actualmente los políticos nos miran con miedo. Sabemos que los dos grandes partidos no son democráticos en su concepción y están controlados por los bancos, uno por el Banco Santander (PSOE) y el otro por el BBVA (PP). Nosotros no tendríamos ningún banco detrás y sólo estaríamos al servicio de la gente.

Ahora tenemos una ocasión única. Dicen que los mejores virus son los que se meten en el organismo y desde dentro de las células atacan. Nosotros podríamos ser un buen virus, un gran caballo de troya contra ese poder establecido antidemocrático que existe y nos impone sus leyes de mercado.

Tenemos una gran oportunidad. Debemos dejar de lado a esos candidatos que ven a los indignados como masa electoral a los que sacar votos. No tenemos por qué ver a Rubalcaba prometiendo que hará una reforma electoral cuando han tenido ocho años para hacerlo y la han rechazado siempre que se les ha propuesto. No tenemos por qué ver al panoli de Rajoy esperando a ganar las elecciones sin dar ni una sola idea y sin proponer nada, para aplicar la tijera dirigido por los bancos, mientras echa las culpas al anterior gobierno (como siempre ocurre en el bipartidismo desde Canovas y Sagasta). Tampoco queremos ver a otros candidatos hablando de listas abiertas para ganarse el voto de la gente y para tratar de hacerse amigo de los indignados y ganar más votos.

Ellos, los políticos, saben que tenemos mucha fuerza. Julio Cesar ya lo sabía “divide y vencerás” y es lo que pretenden que nos ocurra. Si nuestros votos se dividen al final no habrá cambiado nada y tendremos que estar cuatro años más con los megáfonos en la calle sin que nos escuchen. La única forma de solucionar esto es unirnos y vencer.

Sabemos que, al menos, todos tenemos una idea en común: la situación política en España y en el mundo es insostenible. Queremos cambiar las cosas y sabemos cómo hacerlo.

¿Queréis seguir en la calle gritando para que no nos escuchen o queremos pasar a la acción?

Es hora de que los de Democracia Real Ya tomen cartas en el asunto.

Depende de vosotros.

¿Alguien quiere que este gráfico, en el que triunfa la abstención, se vuelva a repetir?