Los mapas de Bunbury

Si en los últimos álbumes de Bunbury el protagonista fue el saxo, los primeros acordes de Greta Garbo nos indican cuál es el protagonista de este nuevo trabajo: el bajo.

El sonido ha cambiado muy significativamente, la producción y el estilo de Adan Jodorowski se notan desde el segundo cero. Quién sabe si en esa entrevista del reciente desaparecido Sánchez Dragó comenzó a forjarse esa amistad que desembocaría en este trabajo.

Nuestros mundos no obedecen a tus mapas parece una declaración de intenciones, no es la primera vez que Bunbury menciona en el álbum que quiere estar fuera del mapa. En su segunda canción, Alaska, es mucho más claro al respecto. Quiere retirarse en un poblado que no figure en los mapas. Y es que la canción de Alaska ya nos cautivó cuando salió su single, el sonido tan equilibrado sobre el que transita la canción da una sensación de orden total. Además, los in crescendo de los estribillos dan una satisfacción absoluta, toda nota parece estar puesta en su orden perfecto, en su punto exacto, en su estructura armoniosa donde el conjunto forma toda una fantasía en la que Bunbury reflexiona sobre las puertas que se cierran y en las que se le abren, tal vez inspirado por el giro que dio su carrera tras la cancelación de su gira por problemas de salud.

Invulnerables vuelve a hablar de ese pacto de sangre al que Bunbury se entrega con pasión, devoción y amor. ¿Quizás es la continuación de La constante? Como dice la canción: si te lo explico todo es no haber dicho casi nada.

Aprender a desaparecer, asignatura pendiente de todos, es una reflexión sobre nuestro lugar en el mundo, los golpes de suerte y esa forma de huir como la mítica Greta Garbo, que se fue del foco mediático sin decir nada, sin dar explicaciones y sin volver la vista atrás.

Para ser inolvidables parece que conecta directamente con Alaska, suena igual que la otra canción, aunque la melodía es diferente. Dice que caer con estilo de la cantidad de veces que has tropezado, esa frase define perfectamente la canción.

El retorno al hogar, el viaje de Ulises, De vuelta a casa es volver a los orígenes, a Ítaca, a lo que verdaderamente somos, a lo que hemos sido y siempre hemos negado ser y el lugar al que siempre volvemos. Pero no siempre el hogar es la casa. El hogar, según esta canción, también puede ser una persona, esa que te da calidez y hace de tu vida un lugar seguro.

La tormenta perfecta puede ser el siguiente single perfecto. Tiene una fuerza arrolladora, da a diestro y siniestro y es totalmente inspiradora, con su bajo poderoso y una melodía muy pegadiza, muy contundente y es una canción como su propio nombre indica: una tormenta perfecta.

Autos de choque reconforta. No puedo decir más, es la típica canción que te pondrías un día de lluvia mientras tomas un té mirando por la ventana y es una crítica brutal a los tiempos actuales.

Armagedón por compasión parece parafrasear a esa mítica película de Frank Capra, cuando uno es la revolución, cuando es el principio y el final, el hacer el daño para sanar como solución a todo. Estamos ante una canción muy bien compuesta y, otra vez, con esa sensación de que todo encaja, que todo está bien puesto y que la obra tiene un acabado impecable.

¿Se puede corregir el mundo con una canción? ¿Es una rendición? ¿Una retirada? ¿Una tregua? ¿Un presagio de la muerte? Sólo Enrique tiene la respuesta.

Normalmente los álbumes de Enrique Bunbury requieren muchas escuchas para que entren, para asimilarlos, para entenderlos y para disfrutarlos. Pero este parece que la primera escucha es mucho más ligera, entra más fácil y cautiva desde el primer momento. El mensaje parece claro, repite la palabra mapa en varias ocasiones para decir que no se ubica en ellos o quiere desaparecer de ellos.

Greta Garbo se hartó de la fama, se hartó de los focos mediáticos, entendió que la vida era otra cosa que estar siempre en el candelero. Bunbury se aleja más de los medios convencionales, sigue explorando, no se ha retirado de la composición pero está en un proceso de transformación que ha desembocado en este álbum perfecto, con sonido muy consistente y con una fuerza que no se veía en él desde hacía mucho tiempo.